A medida que los espacios de trabajo encuentran el equilibrio entre el trabajo físico y el remoto, la creación de talleres se ha convertido en una actividad esencial para facilitar el aprendizaje y la colaboración de una organización. Los talleres siempre han sido una actividad educativa popular, pero ahora más que nunca es importante entender qué son y cómo se llevan a cabo con eficacia.
En este artículo analizaremos la definición de taller y las mejores prácticas para llevarlo a cabo con éxito.
¿Qué es un taller?
El taller se define como una actividad que facilita la colaboración entre un grupo de participantes a través de una serie de reuniones y ejercicios educativos. Los talleres permiten a los equipos fomentar la comunicación y encontrar soluciones colaborativas a los problemas, o implican a un gran grupo de personas en una experiencia educativa compartida.
Hay dos tipos principales de talleres: educativos y funcionales. Los talleres educativos están pensados para distribuir información, estimular el pensamiento y compartir ideas innovadoras con un gran grupo de personas. Estos talleres suelen consistir en una presentación con pequeños ejercicios de colaboración. Pretenden enseñar algo, ya sea una lección o una llamada a la acción.
Los talleres funcionales, en cambio, permiten a grupos de personas colaborar para resolver un problema concreto al que se enfrentan. Estos talleres pretenden crear un cambio práctico basado en una actividad determinada, mientras que los talleres educativos se centran en proporcionar conocimientos de los que los participantes puedan aprender.
Uno de los aspectos que hacen únicos a los talleres es que se dirigen a un público más amplio que a un individuo. Al implicar a un grupo más amplio de personas, ya sea en una colaboración o en una presentación, los talleres transmiten conocimientos de forma impactante y eficaz. La posibilidad de comunicarse con un grupo más amplio de personas hace que los talleres sean únicos en comparación con la formación individual.
4 ejercicios diferentes de trabajo en taller
En el ámbito de los talleres funcionales y educativos, hay muchos ejercicios diferentes que puede llevar a cabo para fomentar la eficacia y aumentar la comunicación. A continuación se presentan algunos ejemplos populares que pueden completarse fácilmente a través de una pizarra en línea.
Taller de desarrollo
Un taller de desarrollo es un taller funcional que se centra en la creación de acciones. Es habitual en el desarrollo de productos, pero también puede aplicarse al marketing, el desarrollo de software o la planificación de la innovación.
Los talleres de desarrollo ayudan a construir una visión alineada de todo un equipo y a crear soluciones mutuamente garantizadas mediante una colaboración detallada. Son el ejemplo perfecto de taller funcional y pueden realizarse en una sesión larga o en una serie de reuniones.
Taller de lluvia de ideas
Un taller de brainstorming es similar a un taller de desarrollo, pero más teórico. Este ejercicio pide a los miembros del equipo que aporten soluciones a un problema o creen nuevas ideas para el futuro.
El objetivo final variará y puede que no siempre sea factible. Aun así, esta actividad de taller es beneficiosa para sacar nuevas ideas y aumentar el flujo de comunicación dentro de un equipo. Puedes combinar un taller de brainstorming con una plantilla de brainstorming popular, como nuestra plantilla Brainwriting, para sacar el máximo partido a tu sesión.
Taller de trabajo en red
Los talleres de trabajo en red son un buen ejemplo de un ejercicio que puede ser a la vez educativo y funcional. Un taller de networking puede ser una experiencia de aprendizaje en la que un grupo de participantes aprenda las mejores prácticas y consejos secretos para establecer contactos profesionales.
También puede ser una gran sesión a la que la gente acuda para establecer contactos, colaborar y entablar relaciones. Ya sea educativa o funcional, esta técnica de talleres es muy popular y cada vez es más viable con más opciones presenciales.
Taller virtual
Los talleres virtuales son un medio en el que pueden realizarse la mayoría de los talleres anteriores. Realizar un taller virtual le permite integrar a participantes y expertos de todo el mundo, sin tener que preocuparse por las limitaciones logísticas. La realización de talleres educativos a través de una plataforma virtual como IdeaScale Whiteboard facilita la apertura de estas sesiones al público y la creación de un bucle de comunicación global.
Talleres de buenas prácticas
Para que un taller tenga éxito, debe estar motivado. Organizar un taller con un objetivo claro significa implicar a todos los participantes, crear objetivos alcanzables y facilitar un entorno propicio para el éxito. Éstas son algunas de las mejores prácticas que hay que seguir en los talleres.
Romper el hielo
Para que el taller sea un éxito, todos deben sentirse cómodos y dispuestos a participar. Poner a la gente en el estado de ánimo adecuado y preparada para participar no es fácil, sobre todo en Internet, y romper el hielo puede ser un ejercicio eficaz para ayudar a distender la conversación.
Los rompehielos ayudan a generar confianza entre las personas y crean conversaciones informales y cómodas. Interactuar a nivel personal es clave para entablar relaciones eficaces y organizar talleres con éxito. Si quiere saber más sobre posibles rompehielos, eche un vistazo a estas sugerencias para su próximo taller.
Establecer objetivos claros
Una de las cosas más importantes que hay que recordar sobre los talleres es que hay que fijar objetivos claros desde el principio. Tanto si es educativo como funcional, aclarar los objetivos principales del taller contribuirá al éxito de todos. Si los objetivos no están claros, será difícil elaborar un plan de acción eficaz y asegurarse de que todo el mundo está de acuerdo.
Establecer objetivos claros ayuda a alinear todo el proceso del taller, pero también ayuda a clarificar el resultado del ejercicio. Comprender los objetivos desde el principio te garantiza que tienes un punto final claro hacia el que estás trabajando. Tanto si se trata de una lección aprendida como de una acción concreta, es fundamental contar con un objetivo final cuantificable a lo largo de todo el proceso de trabajo en grupo para mantener la atención centrada en el objetivo común.
Una vez que tenga una idea clara de lo que quiere conseguir y esta visión sea compartida por todos los participantes, podrá empezar a trabajar en el taller propiamente dicho.
Fomentar la colaboración
La colaboración es la clave de una sesión de trabajo eficaz. En cualquier taller, es importante recalcar la importancia de la colaboración a todos los implicados para que todos puedan participar y contribuir.
Una de las principales ventajas de los talleres es poder integrar múltiples perspectivas sobre un mismo tema. Tanto si se trata de colaboración funcional como de compartir ideas sobre un tema educativo, compartir perspectivas ayuda a ampliar el pensamiento de todos. Esta es la mejor manera de crear ideas significativas durante un taller y debe enfatizarse a lo largo de todo el proceso.
Comunicar los resultados
Por último, es esencial comunicar los resultados a todo el mundo una vez finalizado el taller. Este es un paso que a menudo se olvida y es una de las razones por las que muchos talleres virtuales luchan por ganar tracción. La comunicación es fundamental para garantizar que se tomen medidas reales a raíz del taller que acabas de organizar. Si no haces un esfuerzo concertado para materializar esta comunicación, puede anular muchos de los progresos que acabas de hacer.
Conclusión
La organización de talleres es un proceso que puede dar grandes resultados a los participantes cuando se lleva a cabo correctamente. Tanto si lo hace virtualmente como en persona, esperamos que estos consejos le ayuden a que su próxima sesión de colaboración sea un éxito.